jueves, 8 de marzo de 2012

Duérmete niño, despierta cuna







Soy una adorable anciana de más de 120 años de edad. Durante mis primeros años albergué los cuerpos aletargados de los más tiernos infantes. Posteriormente, y hasta hace bien poco, fui relegada a la buhardilla de la casa de una acomodada familia francesa. Actualmente no conservo mi función original, pues sufro continuos achaques y mis huesecitos se resienten con los cambios bruscos del tiempo. Sin embargo, hoy ocupo un lugar privilegiado en este bello jardín. ¡Bendita jubilación! 

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En mi casa sentimos predilección por el arte y estilo franceses. Por eso en los últimos años hemos dedicado parte de nuestras vacaciones estivales a recorrer distintas regiones francesas en busca de joyas como la que aquí os muestro. Esta cuna fue adquirida en un Marché aux puces brocante en un pequeño pueblo de la Auvernia francesa. Según su vendedora, que con nostalgia sentía el inminente partir de tan preciada pieza, ésta perteneció a cinco generaciones de una misma familia, la suya propia. Con una limpieza adecuada y un retapizado en tela impermeable de toile de Jouy para las posibles inclemencias del tiempo, sobre todo en zonas donde el orballu no da tregua, ha quedado de lo más Shabby Chic para decorar el jardín de nuestra casa asturiana.




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